martes


nunca vi un silencio tan blanco


ni una ferocidad tan blanda


festejo
cuando la fuerza y el dolor

son capaces de alimentar el fuego
de todas mis ventanas.



Podría dejarme 

                     invadir la carne



o descubrirme atravesada 

                     verticalmente por una palabra



podría ser materia revuelta hecha de contagio

sustancia entreverada con tu hermosura violenta.
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