viernes





 Las dos de la madrugada. Las ratas roen en los cubos de basura los restos de un día muerto: la ciudad pertenece a los fantasmas, a los asesinos, a los sonámbulos. ¿Dónde estás vos, en qué cama, en qué sueño? Si tropezara contigo, pasarías sin verme, pues no somos percibidos por nuestros sueños. No tengo hambre: no consigo digerir mi vida esta noche. Estoy cansada: anduve toda la noche para escapar de tu recuerdo. No tengo sueño: ni siquiera siento apetito de la muerte. Sentada en un banco, embrutecida a pesar mío por la llegada de la mañana, dejo de recordar que trato de olvidarte. Cierro los ojos... Los ladrones sólo desean nuestras sortijas; los amantes, la carne; los predicadores, nuestras almas; los asesinos, la vida. Pueden quitarme la mía: los desafío a que cambien algo en ella. M. Yourcenar





¿Sobre la base de la memoria de quién está la fatiga?

Un principio de realidad da en la necesidad y los contornos de nuestros limites.

Exponer la necesidad, propagar la carencia, caer en cuarentena. 

La repetición de la carencia se repite
No compartir una misma duración de presente. 
La contemplación es fatiga y pérdida.

Repetir la sucesión de instantes al infinito

Repetir la fatiga


Exponer la carencia

Abrazar la fatiga. 

















1 comentario:

paz dijo...

Yo celebro volver a leerte :)