lunes

toda la sangre del mundo recorre ahora tu cuerpo

todo el peso del mundo estalla ahora en tu garganta

todas las palabras de mi lengua vinieron a traicionarme

soy la pirómana parada en medio de tu bosque

aguantando las ganas de que todo arda

hasta extinguirse, como es sabido, como tu dios manda.

3 comentarios:

piscica dijo...

¿y por qué aguantar? a veces (quizás sólo a veces) querer incendiar todo es una virtud. quiero ver ese bosque/dios en llamas y quiero ver qué es lo queda (y qué es lo que nace)después de la extinción.

gracias por tus acuareles. bienvenidas ambas.
abrazo.

Unknown dijo...

aguantar es el miedo, quizás, de lo que parece irremediable.

ro dijo...

ay, no sé. las palabras son traicioneras, cierto, pero están tan de acuerdo con el poema. no era eso? (y si no qué va ser?)

ay, ya sé, ya sé: "¿Qué es lo que pasa si una colilla mal encendida
se cuela en una gasolinera?

Pues que hace ¡¡pummm!!
La explosión se oyó en todo Texas
era el comienzo de una gran gesta..."