Puede quiera decir que tintiniadamente o a lo goteo despierto viva pero lívida y larvórea tu penumbra me clama con los cencerros de tu cuello en tu fluidez de visitante incorpórea, fugaz y doliente.
No voy mucho a ningún lado, nada personal.
miércoles
a veces quiero decir no siempre pero sí asiduamente tengo una tendencia casi quiero decir, no del todo pero es sí, bastante reprochable (¿a qué hora salís? tengo ganas de escucharte hablándome) no lo hago apropósito en las cosas que me exceden tengo mi patrimonio mi derecho a ser doble amargamente, joven inofensiva a veces quiero decir pero no siempre.
Una caravana de cosas desiertas que dibujan líneas en la cara precede el día.
Subí unos segundos a ver el cielo antes de que anochezca.
Su germinación precoz sabe perfectamente cómo cubrir los contornos de la tierra.
El calor hace prosperar la confusión vegetal, en pleno otoño.
Me aburro.
lunes
habrá que invertir la fórmula.
salir del ruedo.
abandonar la doma.
el cuero duro también tiene su reverso
su dicha bondadosa
más suave que el pelo la carne
viva, abierta y latente.
si me encomiendo entera
a la espera marginal,
salida de mí como una avalancha
ultra contenida
¿qué va a pasar con todas las cosas que despiertan?
no me olvido de la puerta
que se abre a mis espaldas.
viernes
mientras más y más puñetazos en el pecho más vuelos por tierra bien al centro y al ardor
volveré y no sólo con los ojos de cuerpo entero saltaré gigante clavaré los pies en tu tierra visionaria perpetua e incansable
con estridentes convulsiones me doy, me dejo disuelta, en muchos enteros indivisibles magra y sin filo cayéndo, ininterrumpidamente, al lugar que ocupan tus manos
lento se fue adhiriendo el fuego que me devolvió al mundo para que viera el polvo para que me haga al llanto y riegue toda tu verde tierra vasta y fértil.